Volviste con la renuncia y el uniforme aún puesto, con lo visto a la espalda esperando ver a tu familia, a Stefan. Cuántas historias te pediría que le contases como en aquellas noches cuando él no podía dormir siendo niños.
Volviste y te encontraste con ella.
Katherine.
Katherine y Stefan, y tú parecíais no tener un hueco ahí, entre ellos.
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